También se le suele denominar batería
puesto que, muchas veces, se conectan varios de ellos en serie para
aumentar el voltaje suministrado. Así la batería de un coche está
formada internamente por 6 elementos acumuladores del tipo plomo-ácido,
cada uno de los cuales suministra electricidad con una tensión de unos
2 V, por lo que el conjunto entrega los habituales 12 V o por 12
elementos, con 24 V para los camiones. El
término pila, denomina los generadores de electricidad no recargables.
Tanto pila como batería son términos provenientes de los primeros
tiempos de la electricidad, en los que se juntaban varios elementos o
celdas —en el primer caso uno encima de otro, “apilados”, y en el
segundo adosados lateralmente, “en batería”, como se sigue haciendo
actualmente, para así aumentar la magnitud de los fenómenos eléctricos
y poder estudiarlos sistemáticamente. De esta explicación se desprende
que cualquiera de los dos nombres serviría para cualquier tipo, pero la
costumbre ha fijado la distinción. Principios de funcionamiento El
funcionamiento de una batería está basado esencialmente en algún tipo
de proceso reversible, es decir, un proceso cuyos componentes no
resulten consumidos ni se pierdan, sino que meramente se transformen en
otros, que a su vez puedan retornar al estado primero en las
circunstancias adecuadas. Estas circunstancias son, en el caso de las
baterías, el cierre del circuito externo en nuestra réplica, durante el
proceso de descarga, y la aplicación de una corriente, igualmente
externa, durante el de carga. Resulta que procesos de este tipo son
bastante comunes, por extraño que parezca, en las relaciones entre los
elementos químicos y la electricidad durante el proceso denominado
electrólisis y en los generadores voltaicos o pilas. Los investigadores
del siglo XIX dedicaron numerosos esfuerzos a observar y a esclarecer
este fenómeno, que recibió el nombre de polarización. Una batería es
así un dispositivo en el que la polarización se lleva a sus límites
alcanzables y consta en general de dos electrodos, del mismo o de
distinto material, sumergidos en un electrolito. Principales tipos de baterías que usan nuestras réplicas: Baterías de Níquel Metal-Hidruro (NiMH)
Utilizan un ánodo de hidróxido de níquel y un cátodo de una aleación de
metal-hidruro. Cada célula de Ni-H puede proporcionar un voltaje de 1,2
V y una capacidad entre 0,6 y 4,2 Ah. Baterías Níquel-Cadmio (NiCd)
Utilizan un ánodo de hidróxido de níquel y un cátodo de un compuesto de
cadmio. El electrolito es de hidróxido de potasio. Esta configuración
de materiales permite recargar la batería una vez está agotada para su
reutilización. Cada célula de NiCd puede proporcionar un voltaje de 1,2
V y una capacidad entre 0,5 y 3,3 Ah. Este tipo de baterías se
encuentran afectadas por el llamado efecto memoria: en el que en cada
recarga se limita el voltaje o la capacidad (a causa de un tiempo
largo, una temperatura alta, o una corriente elevada), imposibilitando
el uso de toda su energía. Baterías Polímero de Litio (Li-poli)
Son las de tecnología más reciente y las incluimos en ésta relación ya
que se empiezan a usar en algunas réplicas. Son una variación de las
Baterías Litio-Ion (Li-ion). Sus características son muy similares pero
permiten una mayor densidad de energía, así como una tasa de descarga
bastante superior, en comparación con las NiCd y las NiMH. Parámetros de las baterías Vamos
a entrar solamente en los tres más básicos y conocidos que se suelen
manejar a la hora de hablar de baterías: la tensión, la corriente y la
capacidad. La tensión o potencial, medido en voltios (V) es el
primer parámetro a considerar, pues es el que suele determinar si el
acumulador conviene al uso a que se le destina. La corriente que puede
suministrar el elemento, medida en amperios (A), es el segundo factor a
considerar. Especial importancia tiene en algunos casos la corriente
máxima obtenible. La capacidad eléctrica se mide en la práctica por
referencia a los tiempos de carga y de descarga en amperios/hora (Ah). Una
vez hechas las definiciones anteriores, podemos ver por qué tenemos
baterías de distintos voltajes: 7.2, 8.4, 9.6 y hasta 12 voltios. Si
cada elemento o célula que tenemos conformando nuestra batería nos da
1.2 voltios, dependiendo del número de células que monte, es la tensión
resultante final de la batería. Veamos un ejemplo: Tenemos una
batería de 9.6 voltios, que estará conformada por 8 células, ya que
dividimos 9.6 entre la tensión por célula, y nos da el número de éstas:
9.6 voltios de la batería/ 1.2 voltios por célula= 8 células. Si
queremos averiguar la tensión que nos dará una batería de 9 células o
elementos, multiplicamos el número de éstas por la tensión, 9 elementos
X 1.2 voltios = 10.8 voltios, que es la tensión final que obtendremos. Tabla de comprobación de estado de una batería
Os facilitamos una tabla, para los que quieran experimentar con su
polímetro o multitester y calcular el estado de la misma según la
tensión que obtengan en su medición. Cuando
se está cargando la batería, la tensión puede alcanzar los 14,4
voltios. Es aconsejable no superar los 14,5 voltios y en ningún caso
los 15 V. Según viene indicado en la foto, ajustaremos el multímetro a
la escala de 20 voltios en continua, en el caso de la foto, ya que
puede variar según el tipo de téster que uses. Colocaremos los
terminales del téster a COM (-) y V (+positivo) y a los terminales de
la batería. Procederemos a la lectura del téster, que comparándolo con
la tabla adjunta, reconoceremos el estado de la batería. A partir de 13
V la batería se está cargando, por debajo de este voltaje esta
descargándose. Texto:Daniel Muñoz a.k.a Sniper Fotos: 0’20 Magazine Contenido extraído de la página web de 0´20 MAG |